Y EL ALMA NACIO EN LA BASURA
Era una vez en un reino encantado ...
Era para conseguir así este cuento, pero conseguirá exactamente al contrario.
Era una vez, una aldea cualquiera, los márgenes de un basural, en este lugar miserable y triste que una niña vino al mundo, su nombre era Alma, piel suave, pero ya maculada por el vil submundo de la sociedad voraz y cruel. Su madre, catadora de papel, mal hablada y vagabunda, su padre, catador de papel embriagado y drogado, dos adolescentes, niños de la calle, sin eira y sin borde, sin familia, sin pasado (Todos el ser humano tiene que tener un hombre el pasado es su propia identidad), se conocieron en las oscuras callejuelas del lugar, e inconsecuentemente se unieron y de esta conexión mal concebida que Alma llegó a este mundo, hediondo y triste.
La niña fue creciendo en aquel lugar, inmundo y sin nada
De bueno para ofrecer, su padre acabó muriendo baleado,
Y su madre se perdió en la prostitución de las callejuelas de la ciudad ...
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Alma fue creciendo de mano en mano, comiendo restos de los demás, y cuando tenían, tratando de ser pura, en las nudos de la sociedad, ora en una institución, y mira que hasta tuvo suerte, comparando con los padres, ora en otra, acabó conociendo a un adolescente, el mismo mundo de ella, y fue así igual a sus padres que se unieron, y así se convirtió en mujer.
Alma tuvo hijos, pequeña evolución para mejor, pero su mundillo continuaba lo mismo, ella diarista, y él biscateiro; siempre las mismas personas a pasar por sus vidas vacías.
Los hijos fueron creciendo, y uno a uno a perderse en las callejuelas desconocidas de la vida, un muerto baleado delante de un bar cualquiera, otro muere en la prisión; la hija prostituta y drogada sale del lugar; al final los pocos que sobraron se pierden en el mundo; su marido, carrocer y catador, igual al padre de Alma acaba conociendo una fulana igual a él; se van, y nuevamente la mujer se queda sola, nunca más va a tener noticias del infeliz.
El tiempo fue pasado ... Pasando en un tic tac monótono y letal, Alma viviendo de sus restos del pasado, a los cuarenta parecía tener sesenta, buena costurera la mujer al final era, pero su trabajo no pasaba de dos o tres intercambios, una vaina aquí , un cierre esclair cambiado allí, un cercado acá, y así ella fue llevando su vida de subsistencia, vacía y sin amor, y sin sueños también, pues ni soñar más la infeliz sabía.
Y derepente llega el atardecer de su existencia; de la infeliz, vivió por nada y por nada se fue de la tierra, y ahora allí estaba ella, ajena, enterrada en un campo santo cualquiera ...
... Y el Alma nació en la basura, salió del polvo sin nada, y al polvo retornó ...
Esta historia es una anti-fabula, que en la percepción del autor,
En el caso de Brasil,
Esta cruel desigualdad social que hace el sufrimiento de su pueblo,
Un sufrimiento sin fin y sin esperanza.
* JORGE LUIS BORGES
